Esta soy yo....

Mira.

Aquí se supone que tengo que contar todo lo buena que soy, lo mucho que ayudo y lo bien que se me da hacer todo.

Eso sí, de forma humilde y que no se note que me estoy vendiendo o quiero venderte porque eso haría que salieras corriendo y no es plan.

Pues mira.

Tenemos tanto miedo a que nos vendan que siempre nos lo están camuflando y nos dicen lo que queremos oír tuneándolo de deseos emocionales, eso sí rápidos que sólo duran 9 segundos.

Pues decirte que tú también vendes. Todos vendemos. Nos pasamos la vida vendiendo y negociando desde que nacemos.

Pero también hacemos otras cosas y en medio, vivimos.

Vivimos la vida, procurando no hacer daño y contando hasta 10.

Pues te diré que soy muy imperfecta y aún así consigo recopilar varios momentos al día donde soy feliz. Que trabajo hasta cuando duermo y por eso las musas siempre me pillan ocupada.

Me encantan los lunes con tanto por hacer y los sábados que son un vuelta a empezar.

Recuerdos de infancia llenan la mochila de nostálgicos sobre todo los domingos por la tarde.

Me apasiona la decoración, la lectura en papel y el olor de las hojas al pasarlas rápido. Los contratos, las leyes y como aplicarlas son mi debilidad y un quebradero constante rebotando en la paredes de mi cabeza.

Soy terca, soy gallega, soy terca.

Doblemente terca cuando se trata de defender los intereses de mi cliente.

Y también soy el desayuno de domingo, la niña que salta en los charcos y se columpia lo más alto que puede imaginando volar, la madre preocupada, la mujer inquieta por saber de todo y la persona que se asusta de la rutina aplastante.

Me gusta el olor a hierba recién cortada, el pan con mantequilla, los pantalones muy gastados y los atardeceres con magia.

El rocío en las noches de verano, el sonido del mar, la ropa recién lavada, el compartirlo casi todo y la altura de miras de esas copas al brindar por la vida.

Un abrazo, un acompañar en silencio, una comida con sobremesa muy larga y una sorpresa inesperada en los bolsillos de abrigos guardados, los mejores ansiolíticos.

Mucha paciencia, infinitas ganas, buscar los problemas y encontrarlos, para aplicarles la solución que corresponda, resolver puzles, agitar conciencias y unir puntos, el pan de cada día. ( si, soy especialista en herencias)

En fin..... Así vivimos la vida.

Sí, esta soy yo.....

Cuando no trabajo, estudio.

Después lo aplico. Y sabes que pasa entonces? Que tú sales beneficiado, contento y nos recomiendas. Y podemos seguir ayudando......


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